Como parte de las actividades conmemorativas por el 70 aniversario de la fundación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Director General del organismo, doctor José Antonio González Anaya, develó hoy la escultura El Ángel de la Seguridad Social, creación del artista plástico Jorge Marín.

El funcionario destacó la calidad artística de la obra y el significado de la misma, que podrá ser apreciada por el público en general que transite por Paseo de la Reforma y la calle de Burdeos, en la colonia Juárez de la Ciudad de México.

El doctor González Anaya recordó que el Seguro Social ha fomentado la presencia del arte público en sus instalaciones, por lo que esta nueva obra artística se incorpora al invaluable patrimonio del IMSS, conformado en su mayoría por murales y esculturas de los más destacados autores de la plástica nacional como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Juan O’ Gorman, José Chávez Morado, Luis Nishizawa, Luis Ortiz Monasterio, Federico Cantú, Jorge González Camarena y Fermín Revueltas, entre otros.

La figura, de mirada vigilante y expresivo gesto de El Ángel de la Seguridad Social, denota valores de protección y apoyo, conceptos que se encuentran plasmados en esta nueva obra y que son de importancia para la institución por el trato cotidiano con sus derechohabientes.

Adicionalmente, otras esculturas de Jorge Marín: Ángel Persélidas Monumental (2009) y Bernardo Oriental Monumental (2008), serán exhibidas durante los próximos dos meses en el vestíbulo del edificio central del IMSS, en Paseo de la Reforma número 476, colonia Juárez, en el Distrito Federal y que podrán ser visitadas por el público en general de lunes a viernes en horario de 8:00 a 20:00 horas.

Acompañaron al Director General del IMSS en la develación los representantes del sector patronal, Salomón Presburger Slovik, León Halkin Bider y Jorge Dávila Flores; del sector obrero, José Luis Carazo Preciado, Mario Martínez Déctor, Rodolfo Gerardo González Guzmán y Constantino Romero González, así como representantes del Sindicato Nacional de los Trabajadores del Seguro Social.

Jorge Marín (Uruapan, Michoacán, 1963)

Es uno de los mayores exponentes del arte contemporáneo figurativo en México. A lo largo de su carrera, su labor ha sido multifacética, lo que le ha permitido destacar en distintas disciplinas y trabajar con diversos materiales –como la cerámica y la resina–, por lo que su oferta plástica ha obtenido múltiples reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional.

Después de una larga y acuciosa búsqueda, optó por usar el bronce como signo distintivo de su obra, lo cual resultó óptimo para que las manos y los pies de sus personajes, las texturas de plumas, venas y telas, adquirieran la perfección de la materia viva.

Ha incursionado en diferentes dimensiones escultóricas, que van de la miniatura a lo monumental, formato exhibido tanto en México como en el extranjero, apoderándose del espacio público, generando un diálogo inédito entre la obra de arte y el espectador, que igual se hace parte de su monumentalidad de un par de alas, que cómplice de los personajes fantásticos que, en plazas y camellones, se integran al mobiliario urbano.

Marín ha participado en más de 200 exposiciones colectivas, individualmente su obra ha sido exhibida en galerías y museos de Francia, España, Portugal, Turquía, Alemania, Bélgica, Hungría, Rumania, Costa Rica, Panamá, El Salvador, Guatemala, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Rusia y China. Actualmente ha iniciado una itinerancia por el continente asiático que culminará en 2015.

La exhibición de sus Alas forma parte del proyecto “8 Ciudades, 8 Culturas” con la instalación de esculturas en vía pública en las ciudades de México, Berlín y Tel-Aviv, que lo ha convertido en referencia icónica de su obra.

Su trabajo artístico está poblado por seres alados de doble naturaleza, humana y animal; hombres-pájaro, mensajeros que parecen provenir de la mitología. Estos seres etéreos, producto de la creatividad del artista plástico, enriquecen los espacios cotidianos de los sitios en los que se instalan, aunque sus esculturas se vuelven públicas más por la apropiación que de ellas hacen los habitantes que a causa de su ubicación.