De cada 100 menores en edad escolar, cuatro presentan conductas que afectan su calidad de vida, rendimiento escolar y la relación con otros infantes.
• Es más común en niños que en niñas, con una relación de seis a uno.
Para brindar una mejor calidad de vida a niñas y niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) otorga tratamiento médico y psicológico con el objetivo de que tengan un adecuado rendimiento escolar y logren desarrollar una sana relación con sus padres, familiares y compañeros de escuela.
Realizar un diagnóstico en los primeros años de vida del infante, permite a los especialistas intervenir de manera oportuna y evitar que pasen meses e incluso años con los diversos síntomas que tienen los menores con este trastorno, pues son impulsivos, descuidados, propensos a accidentes y sin disciplina para aceptar reglas tanto en el hogar como en la escuela, problemas que pueden continuar durante la adolescencia y aún en la vida adulta.
La doctora Leticia Flores Pérez Pasten, psiquiatra adscrita a la Coordinación de Atención Integral en Segundo Nivel del IMSS, informó que de cada 100 menores en edad escolar en promedio cuatro presentan este trastorno, el cual es más común en niños que en niñas en una proporción de seis varones por una mujer.
Explicó que el diagnóstico se realiza cuando el niño o adolescente presenta en un periodo de seis meses o más, por lo menos seis síntomas de falta de atención, tales como: problemas para mantener la atención en actividades recreativas, no escucha cuando le hablan, no cumple instrucciones, no completa actividades, a menudo pierde las cosas, se levanta cuando se espera que esté sentado y no puede participar en actividades de manera tranquila.
En 2017, dijo, en la especialidad de Psiquiatría se otorgaron seis mil 650 consultas de primera vez para el tratamiento del trastorno por déficit de atención y casi nueve mil 590 para el seguimiento de los menores.
La doctora Pérez Pasten indicó que una vez diagnosticado, el niño con el trastorno recibe atención integral y personalizada, que tiene como objetivo controlar los síntomas que se asocian al mal comportamiento, pues no hay una cura como tal. Se requiere de medicamentos, psicoeducación, modificación conductual y orientación a padres y profesores, enfatizó.
Afirmó que los medicamentos que el IMSS proporciona no causan adicción ni somnolencia en los menores, son sustancias controladas que se indican a partir de los seis años y que actúan en el sistema neuroquímico, ayudan a la producción de dopamina y noradrenalina que favorece la maduración cerebral y un mejor control de los síntomas de falta de atención.
La especialista hizo un llamado a los padres de familia que piensan que su hijo es “inquieto” a considerar estos síntomas, ya que pueden padecer este trastorno y requiere acudir al médico para que se le otorgue tratamiento según sus necesidades.
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