El director general, Zoé Robledo, afirmó que el Instituto asume el reto de incorporar a 15 millones de trabajadores independientes y a 2.3 millones de trabajadoras del hogar a la seguridad social.
• Participó en la sesión de la OCDE “Informalidad durante y más allá de COVID-19: buenas prácticas y el imperativo de las redes de seguridad universales”.
En el contexto de la emergencia sanitaria por COVID-19, la sociedad ha revalorizado los servicios de salud y la atención médica. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene el gran reto y la oportunidad de ampliar su cobertura y mejorar la calidad de sus servicios, afirmó el director general, Zoé Robledo.
Al participar en la sesión Informalidad durante y más allá de COVID-19: buenas prácticas y el imperativo de las redes de seguridad universales, convocada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el titular del IMSS señaló que uno de los retos que asume el Instituto es incorporar a la seguridad social a 15 millones de trabajadores independientes sin una relación patronal.
Ante ministros y directivos de diversos países de América Latina, Zoé Robledo afirmó que para proteger a sectores vulnerables, también se busca afiliar al IMSS a 2.3 millones de personas trabajadoras del hogar, que por años fueron discriminadas de la seguridad social.
“Son un ejemplo en México muy sentido, las trabajadoras del hogar, las mujeres principalmente que trabajan en hogares haciendo labores de limpieza, cocina y asistencia”, enfatizó.
Destacó que mediante un programa piloto se busca su incorporación al Seguro Social y en esta pandemia se pudo favorecer a 100 mil personas, entre trabajadores del hogar e independientes, con un crédito solidario al que no tenían acceso por parte de la banca comercial.
Por otra parte, el director general del IMSS indicó que una de las principales preocupaciones del gobierno es que una persona que pierde su empleo, ocho semanas después se queda sin acceso a las unidades hospitalarias del Seguro Social.
En este sentido, comentó que en el mes de abril se llevó a cabo un programa en apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas, con un crédito de transferencia directa a una tasa de interés del seis por ciento, a quienes no hubieran despedido a ningún trabajador ni bajado su salario en enero, febrero y marzo.
“Esto nos llevó a favorecer a 200 mil empresas en las que laboran 1.6 millones de trabajadores y que han mantenido esa tendencia de no despido”. Además, para las empresas más grandes que no iban a poder pagar sus cuotas obrero-patronales, se realizaron convenios para el diferimiento de los pagos.
Como parte del intercambio de experiencias y esfuerzos del gobierno mexicano, la primera tarea que emprendió el Instituto fue contribuir a cortar las cadenas de contagio mediante la entrega de 8.5 millones de recetas resurtibles para otorgar medicamento por tres meses a personas con enfermedades crónicas controladas.
Explicó que a través del mecanismo digital para otorgar incapacidades temporales a las personas con síntomas de COVID-19 se benefició a trabajadores para recibir esta prestación sin salir de sus casas; además, se dio un adelanto de tres meses a las personas que cobran su pensión en efectivo.
Respecto a la atención en salud, Zoé Robledo indicó que el IMSS reconvirtió cerca del 70 por ciento del total de su capacidad hospitalaria, “todo el sector salud, incluido el Seguro Social, ha invertido cerca de dos mil millones de dólares para crecimiento, nuevas contrataciones y compra de equipos de protección personal”.
En el panel también estuvieron presentes Mario Pezzini, director del Centro de Desarrollo de la OCDE; así como ministros y directivos de República Dominicana, Brasil, Colombia y Paraguay.