Desde su llegada al Seguro Social, en 2020, Cuco se ha convertido en embajador de la donación de sangre, ha acompañado a familiares de pacientes con COVID-19, apoya en labores de vigilancia y hasta tiene su “credencial” de empleado.
• “Los familiares se relajaban, se les quitaba lo irritado, lo frustrado de ver al paciente, cuando les avisaban que iban a intubar a sus familiares, lo acariciaban más”, relató José Jenaro Olguín Avilés, jefe de Servicios y Administración de la Delegación Norte del IMSS.
• El can llegó con una caravana de migrantes al Hospital 25 del Instituto, en CDMX; la procesión siguió y él se quedó a apoyar a los vigilantes para luego ser adoptado por la OOAD Norte, la delegación pet friendly del IMSS.
Desde su llegada al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en 2020, proveniente de una caravana migrante que pasó por la Ciudad de México, Cuco, un perrito criollo originario de Comitán, Chiapas, ha afianzado su labor altruista al ser el embajador de la donación de sangre, acompañar a familiares de pacientes con COVID e incluso apoyar en labores de vigilancia en la sede del Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada (OOAD) Norte.
José Jenaro Olguín Avilés, jefe de Servicios y Administración de la Delegación Norte del IMSS, relató la labor de apoyo que realizó Cuco en los hospitales del Seguro Social durante la pandemia de COVID-19 y cómo hoy, a sus seis años de edad, goza de buena salud, el cariño de sus compañeros de trabajo y hasta tiene su “credencial” de empleado.
“Lo que habíamos hecho en la pandemia, en el hospital 24, fue que mandábamos a Cuco para que estuviera conviviendo con los familiares de los pacientes y como había muchos niños lo agarraban y ahí estaba Cuco. Fue la única vez que salió de la delegación por más de ocho horas, que era su turno. Y así estuvo durante cuatro meses de la pandemia; también llegó más gordito porque le regalaban paletas”, comentó.
Cuco visitó los hospitales 24, 27, 41 y 48, “Los familiares se relajaban, se les quitaba lo irritado, lo frustrado de ver al paciente, y luego cuando les avisaban a los familiares de los pacientes que los iban a intubar, lo acariciaban más”.
Originario de Comitán, Chiapas, el can llegó con una caravana de migrantes al Hospital 25 del IMSS, en la Calzada Ignacio Zaragoza; la procesión siguió y él se quedó a apoyar a los vigilantes. Cuando se llevó a cabo la demolición del lugar, Cuco fue rescatado y gracias a su temperamento tranquilo, comenzó a ganarse el cariño de los trabajadores del Instituto, quienes finalmente lo adoptaron y convirtieron la delegación Norte en la primera y única pet friendly.
“Hubo una cooperación con varios trabajadores de la delegación, se pagó para que lo adiestraran, le pusieron las vacunas. El nombre de Cuco era el que originalmente venía desde la caravana, por eso se le mantuvo y se trató que fuera entrenado para detectar pacientes con COVID, pero lamentablemente por las características de raza, su olfato y la edad no se lo permitieron. A raíz de eso el doctor José Antonio Zamudio, titular de la OOAD DF-Norte propuso que Cuco fuera embajador de la donación de sangre”, dijo Olguín Avilés.
En su primera temporada como embajador, Cuco logró con su carisma que se rompiera el récord de donaciones altruistas de sangre, aunque sus labores van más allá al “Estar vigilando en la noche, ayudar a los policías en los rondines, elimina las plagas de ratas, antes aquí había una población de ratas pero se ha encargado de eliminarla. Está en los festivales, en las campañas de donación de sangre. Ha sido el más mediático de la delegación”.
Para el jefe de Servicios y Administración de la Delegación Norte del IMSS, Cuco otorga un sentido de identidad a los trabajadores y se ha convertido en un símbolo de esta unidad del Seguro Social.
“Lo que sí es que es 100 por ciento chiapaneco. Podemos decir que después del director general es el segundo chiapaneco más mediático en todo el IMSS”.